Se ha demostrado que muchos de estos inhibidores presentes ya en el mercado como el Nilotinib e Imatinib (artículo 1, artículo 2) tienen capacidad antifibrótica en modelos murinos y otras como el sunitinib posiblemente también muestren beneficios en el tratamiento de la FPI, sin embargo aun no existe un compuesto específicamente desarrollado para el tratamiento de la fibrosis pulmonar disponible en el mercado. La investigación más reciente se basa en el inhibidor BIBF 1120, una molécula que cuenta con una enorme especificidad, la cual se ha mostrado eficaz a la hora de minimizar el avance de la fibrosis y mantener la capacidad de ventilación pulmonar en comparación con modelos murinos no tratados con FPI inducida.
Quizás el mayor problema para la evaluación de estos inhibidores en pacientes humanos sea el elevado costo de los mismos. Novartis, quien tiene la patente de la mayoría de ellos, establece el precio por encima de los 100$ por blister, por lo que mientras la llegada de los genéricos (al expirar la patente) no sea una realidad, las probabilidades de costear un tratamiento con estos medicamento queda al alcance de muy pocos.
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